En una entrevista publicada recientemente en el periódico Hoy le preguntan a Don Franciasco una serie de cuestiones. La última es la siguiente:
- Y como final, ¿qué mensaje ilusionante enviaría a los diocesanos?
- Les diría que todos estamos embarcados en esta aventura maravillosa que es vivir, que el cristiano sabe que su vida no la vive sola sino que la vive con Cristo, que somos una familia que es la Iglesia ( la familia de los bautizados y la familia de los creyentes ), que tenemos que apostar, que podemos mucho más de lo que nosotros pensamos y que Cristo nos quiere hacer inmensamente felices y nosotros le dejamos porque en el fondo no nos da, como ha dicho el Papa a los jóvenes en Sidney «una felicidad momentánea o esporádica, sino que nos da continuamente y constantemente la plena felicidad que en el fondo consiste en vivir amando y entregando la vida por amor».
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