El obispo Don Francsico, en la homilia, le propuso cinco modelos de sacerdote para su vida presbiteral:
- La figura de San Pablo, en el año paulino, apóstol que entregó su vida gastándose y desgastándose al servicio del Evangelio;
- El Santo Cura de Ars, destacando por su humildad y su disposición a la acción de la gracia en favor de los demás, especialmente en los ministerios de la Confesión y la predicación;
- El Padre Carlos de Foucault, buscando siempre el último lugar, y allí encontrando siempre a Jesucristo; y
- El Padre Hoyos, Jesuíta, que viviendo en Valladolid muchos años destacaba por su confianza en Dios, en su providencia, en su voluntad.
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