Somos dos grupos de catequesis de la parroquia de San Ignacio de Loyola de Coria. Uno está integrado por 30 chicos y chicas de la catequesis de postcomunión, y el otro, formado por 7 chicos y chicas de la catequesis de personas con discapacidad. Todos nosotros queremos estar contigo estas Navidades. Son fiestas muy importantes para los cristianos, y no queríamos olvidarnos de ti.
Tú que estás en la cárcel, queremos estar a tu lado, porque también Jesús está a tu lado. El Señor sufre tus problemas contigo , no te abandona, y está contento cuando estás alegre y feliz; no quiere que tú estés triste y disgustado. El Señor participa de tu estado de ánimo; Él te quiere feliz. Tu eres muy importante para él, eres su hijo. Te quiere como eres , con todos tus defectos, pero también con todas tus virtudes y valores, que son muchos.
Vemos como en los evangelios, Nuestro Señor, está con los desfavorecidos, con los presos y, en definitiva, con los colectivos más débiles y vulnerables. También está contigo y con tu familia. El Señor, nuestro padre, es tu fuerza y tu luz. Él no va a permitir que estas Navidades tú te sientas solo, desplazado, triste y desazonado.
¿Sabes que bajo la dirección de nuestros catequistas y nuestro párroco, estamos recogiendo juguetes para enviártelos, y puedas así regalárselos a tus hijos, en estas fiestas tan señaladas? Nuestro Señor no quiere que tus niños se queden sin regalos.
Cuando nuestra parroquia nos encomendó esta tarea, nos entusiasmó y se nos inundó el corazón de alegría, inmediatamente nos pusimos manos a la obra. Se nos ha ofrecido la posibilidad de hacer mucho bien, y sabemos que estamos siendo instrumentos de Nuestro Señor. Tu eres nuestro hermano, y si en estas fiestas tu no eres feliz, nosotros tampoco podemos ser felices.
¿Sabes que también en esta semana hemos ido a visitar a las personas mayores del asilo “San Nicolás de Bari”, de Coria?. Hemos compartido un rato con ellos, les hemos acompañado, cantándole canciones religiosas, algunos villancicos; hemos orado al Señor y proclamado el evangelio del III domingo de adviento, procediendo a su comentario. Y como no, les hemos llevado una sorpresa que les ha encantado. Con ellos también está el señor muy cerca. Ellos se han alegrado mucho de vernos, de compartir nuestro tiempo y de manifestarles nuestro entusiasmo y alegría. Nosotros nos enriquecemos también mucho. Ya nos han dado todo durante su vida, pero aún quieren darnos más.
Hermano nuestro, que estás preso, El Niño Jesús, otro año más, quiere nacer en tu corazón, quiere que tu corazón sea su pesebre para estas Navidades. ábrele la puerta del portal, de par en par, y ofrécele tu corazón como pesebre. Acondiciónaselo lo mejor que tú puedas. Él lo quiere como tu eres, humilde y sencillo. Al Niño Jesús no le hace falta lujos para estar a gusto dentro de ti. Para que El Niño Jesús tenga sitio desahogado, y esté agustito y a sus anchas, sólo le vasta lo que tú puedas ofrecerle.
En el evangelio de este III domingo de Adviento, según San Lucas – (3, 10-18), los distintos grupo le preguntaban a San Juan Bautista: ¿maestro, y nosotros qué podemos hacer? Él les contestó lo que debían hacer. A ti te invita el evangelio a preguntarle a San Juan Bautista: ¿y yo qué puedo hacer en estas Navidades en la prisión?
Tú puedes hacer mucho bien a tu alrededor. Nuestro Señor quiere que también abras tu corazón a ese compañero que te cae mal, a ese que se siente desplazado y nadie lo comprende, a ese que está triste y a ese compañero que te necesita. Tú tienes mucho que ofrecerle, ¡compártelo!. Tú vales mucho para el Señor. ¡El Señor, también te necesita a ti como apóstol ! El señor tiene un plan para ti en estas fiestas. Si tienes caridad y compartes lo que tienes durante estas Navidades, significa que estas sumergido bajo la fuerza del amor de Dios. Nuestro señor te lo recompensará ciento por uno.
Sabemos que de Coria hay algún preso en vuestro centro penitenciario, y a todos os ponemos junto al belén.
No olvides nunca que Jesús también estuvo preso, por eso te comprende, está ahí siempre, y no te abandonará nunca. El Señor te marcará y te alumbrará el camino, te dará la fuerza, la comprensión y la paciencia que necesitas. ¡Ánimo, hermano!
¡Feliz Navidad para ti y los tuyos!
Grupos de postcomunión y personas con discapacidad
CORIA - 10 -12 - 2009
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