Evangelio del dia

miércoles, 5 de marzo de 2008

Cáritas no es una ONG

Entrevista a Silverio Agea, secretario general de Cáritas Española.

Comienzo con una paradoja. ¿Cómo es posible que en el último perfil del donante Cáritas sea la institución que despierta mayor confianza, mientras que en las encuestas de opinión, la Iglesia católica aparece siempre en los últimos lugares de valoración?
No se puede entender que alguien diga que Cáritas tiene muy buena imagen y la Iglesia mala. No saben lo que están diciendo. Cáritas no es una ONG, sino la propia Iglesia que realiza la tarea caritativa y social. Por ello, nuestra misión, como la de toda la Iglesia es evangelizar. Y lo hacemos como dice el Papa en la encíclica Deus caritas est: el cristiano sabe cuando es oportuno hablar de Dios y cuando es oportuno callar sobre él y dejar que hable el amor. Así evangeliza Cáritas, sin hacer proselitismo.
¿Cómo consigue Cáritas no sólo dar respuesta a los problemas actuales, sino anticipar cuales son las nuevas situaciones de pobreza?
Precisamente por tener la misma estructura que la Iglesia, desde el nivel internacional hasta llegar a las parroquias, que en España son unas 6.000. Uno de los grandes valores de la Iglesia a través de Cáritas es que tiene la mejor y más amplia red de asistencia, que llega hasta los últimos rincones de todo el mundo. Y una red tan amplia permite tener un observatorio privilegiado de la realidad y de la evolución de la pobreza y te permite adelantarte a los problemas, llegar mucho antes que las administraciones públicas
Y, ¿cuál es ahora el rostro de la pobreza en España?
Quizás el más llamativo sea el de los emigrantes que han caído en la exclusión. Pero debido a los cambios de la sociedad tenemos que hablar de nuevas pobrezas como la soledad de las personas mayores. Otro foco es el relacionado con las enfermedades mentales. Es lo que nosotros llamamos no sólo pobres o excluidos, sino personas no atendidas. Y sigue llamando la atención que las cifras de pobreza se mantengan en España en torno a un 20 por ciento. ¿Cómo es posible que esto ocurra en un país que está a la altura del G8? Esto es debido a que ese crecimiento no ha llevado aparejado el desarrollo.
Unos tipos de pobreza que además son mal vistos por el resto de la sociedad...
En efecto, es el caso concreto de los inmigrantes. Nosotros pedimos que se repiense esta sociedad que se está generando. Ayudaría a un modelo de integración el que entendiéramos que en nuestra vida los inmigrantes están atendiendo a nuestros padres enfermos o llevan a nuestros hijos al colegio. No nos damos cuenta de que lo más preciado del ser humano, que es la ternura, la hemos subcontratado al inmigrante. Pensando en estas personas concretas cambiaría nuestra percepción y el comportamiento hacia el inmigrante.
Algunos critican que Cáritas reciba una financiación como ONG a través del IRPF, además de la partida que recibe la Iglesia católica...
Es justo lo contrario. De los 183 millones de euros de nuestro presupuesto de 2006, sólo 10 vienen de otros fines sociales. Menos de un cinco por ciento. Mientras que la Iglesia y los donativos privados nos aportan más de 120 millones. Además hay que tener en cuenta todas las infraestructuras que los obispados y las parroquias nos están cediendo. Por ello, es la Iglesia quien, a través de Cáritas, proporciona mucho más a la lucha contra la pobreza de lo que lo recibe.
Este hecho de declararse abiertamente católicos ¿supone un lastre o una ventaja a la hora de relacionarse con otras ONG, o las administraciones?
La Doctrina Social de la Iglesia levanta afinidad y adhesión hasta en las ONG civiles y en las políticas sociales que quieren ser adecuadas y justas. Nosotros buscamos no negar nunca nuestra identidad. La transparencia de una entidad no se mide sólo en tener muy claras las cuentas, sino que en nuestra memoria quede bien claro que Cáritas es la propia Iglesia.

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