Evangelio del dia

viernes, 21 de marzo de 2008

LA PARROQUIA OS FELICITA EL JUEVES SANTO

Se trataba quizás de la tercera Pascua que los apóstoles celebraban con el Maestro. Pero aquella noche, todo era distinto. Un amargo presentimiento se cernía sobre el grupo y el rostro del Señor se había vuelto taciturno. El ritual se llevó a cabo con ciertas variaciones. Al comienzo, Jesús quiso lavar los pies de sus discípulos. Según las costumbres de Israel, los esclavos lo hacían con sus amos antes de la cena. Pero los siervos judíos estaban dispensados de este oficio.
Ante la resistencia de Pedro, el Señor declara que es condición para compartir su amistad, aceptar este lavatorio y aprender su significado. Según su costumbre, el Señor primero realiza un signo y luego presenta una enseñanza. Aquí nos motiva a servir con humildad a todos los hermanos.
La celebración pascual seguía adelante. Los presentes compartieron el cordero asado, el pan sin levadura y las legumbres mojadas en vinagre. Varias copas de vino circularon entre los asistentes, acompañadas de salmos. Cuando algunas mujeres avivaron los braseros, Jesús proclamó, de manera solemne la ley fundamental del Nuevo Testamento: “Os doy un mandato nuevo: Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros”.Un mandamiento nuevo que supera todas las tradiciones judías. Un amor que no se basa en la bondad del otro, sino en la propia generosidad. Un precepto que camina a la zaga del amor que Jesús demostró hacia nosotros: “Como yo os he amado”.

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