(Artículo aparecido en el Diario Hoy. 8-1-2008. Sección Tribuna Extremeña)
Debe ser muy importante lo que se ventilaba, días atrás, con las autonomías sobre los presupuestos generales del Estado. Se planteaba con fuerza por los políticos el modo cómo se repartía el codiciado fruto resultante de la recaudación de Ios impuestos del Estado. Dicho en términos más sencillos: se estudiaba el reparto de la tarta de la riqueza para cada autonomía. Y como en un vaivén, unas autonomías, más ricas y prósperas – Cataluña y otras- se querían llevar más; otras, como Extremadura, pujaba por llevarse más de lo que la daban, pero no podía ser.
Veamos el dato real: a Cataluña, el año pasado, la dieron 3.195 millones de euros y para este año, en el reparto de las inversiones del Estado le darán 4.347 millones de euros, lo que supone un 36% de aumento; a nuestra autonomía extremeña, el pasado año le tocaron 628 millones de euros, en los presupuestos recientemente aprobados le darán 679 millones de euros, lo que supone un 8 % más que el curso anterior. (Prensa nacional .26-9-07)
A todas luces resulta espectacular la diferencia.
El problema reside en que las autonomías más desarrolladas y más prósperas –Cataluña, Madrid, País Vasco, etc.- luchan por conseguir un tanto por ciento más de la tarta nacional, porque, dicen, se lo merecen: porque son los que más trabajan, los que más producen, los que más contribuyen al bien común de la nación, al bienestar social. Su principio es: “Quien más contribuye, más debe recibir”.
Otras autonomías más pobres –Extremadura entre ellas- no estaríamos de acuerdo, o al menos bastantes personas no compartimos ese razonamiento, a no ser que haya una corrección en una compensación solidaria por otros cauces. Y no entramos en la complejidad técnica que esto lleva, pero sí en la filosofía que como tufillo percibimos.
Para demostrar más nuestra situación, como región pobre, conozcamos estos datos muy actuales:
- Extremadura es la región con un mayor índice de pobreza (38,6%), casi el doble que la media nacional (19,9%)
- Los ingresos netos por hogar en Extremadura fue de 17.910 euros, frente a Navarra y Madrid que fueron de 30.000 euros.
- Los ingresos por persona también lo encabeza Navarra con 10.705, frente a Extremadura con 6.203 euros por persona. (INE. Encuesta condiciones de vida. Octubre)
Como muestra bien valen estos pequeños botones.
Lo lamentable es que partidos políticos cuya fundamentación ideológica se basa en el principio de solidaridad que propugna lo siguiente: “No es el que más aporta el que más debe recibir, sino el que más necesita”, hayan tragado porque las autonomías más ricas se lleven el gato al agua de los presupuestos generales del Estado.
Caritas de nuestra zona pone sobre la mesa del diálogo y se une al principio de la solidaridad. No en vano nuestro fundamento suena así: “De cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades” (Hech. 2,45) y no nos resulta extraño porque ya S.Pablo nos dice:”Al presente, vuestra abundancia remedia su necesidad, para que la abundancia de ellos pueda remediar también vuestra necesidad y reine la igualdad” (2Cor. 8,14)
Es verdad que Extremadura aporta menos que otras en términos estrictamente económicos cuantitativos, pero el desarrollo de un país no se ha de medir solamente por eso, pues nuestra región aporta mucho en términos humanos-cualitativos.
¿Qué les parecería al resto de españoles si empezáramos a exigir compensaciones de su capital humano, no solo mano de obra sin cualificar que engrandeció a otras regiones, sino también muchos licenciados, técnicos, talentos…que han prestado una “rentabilidad” en servicio fuera de nuestra tierra? A lo mejor nos llamarían ilusos. Y nos dirán que la solidaridad, tal como la expresamos, es la cuadratura del círculo. Sin embargo apostamos por la solidaridad frente al egoísmo, puro y duro, nacionalista e individualista.
Apostamos, en estas Navidades, como mejor felicitación, por la solidaridad como el signo de nuestro tiempo; es el camino del desarrollo y el nuevo nombre de la paz: “El deber de solidaridad de las personas es deber también de las naciones. Ninguna región desarrollada puede pretender reservar sus riquezas para su uso exclusivo. La interdependencia debe convertirse en solidaridad, fundada en el principio de que los bienes de la creación están destinados a todos… las naciones más fuertes y más dotadas deben sentirse moralmente responsables de las otras” (Populorum Progressio.Núm. 48-50.)
Desde aquí y desde una ética humana y cristiana, nosotros pedimos un tanto por ciento más, pero de solidaridad.
CARITAS ARCIPRESTAL DE MIAJADAS.
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