Evangelio del dia

jueves, 18 de octubre de 2007

Un Sacerdote debe ser

"A la vez muy grande y muy pequeño.
De espíritu noble, y a la vez sencillo como el labriego.
Héroe que ha triunfado de sí mismo, y hombre que luchó contra Dios.
Fuente inagotable de santidad, y pecador a quien Dios perdonó.
Señor de sus propios deseos, y servidor de los más débiles.
Alguien que jamás se doblegó frente a los poderosos, y sólo se inclina ante los humildes.
Dócil discípulo de su maestro, y caudillo de valerosos combatientes.
Pordiosero de manos suplicantes, y mensajero que distribuye el oro a manos llenas.
Animoso soldado en la batalla, y mano tierna para el enfermo.
Anciano por la prudencia que pone en sus consejos, y niño que confía en los demás.
Hecho para la alegría, y curtido por el sufrimiento.
Ajeno a toda envidia, transparente en sus pensamientos, sincero en la palabra, amigo de la paz, enemigo de la pereza, seguro de sí mismo".

( Manuscrito Medieval)

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